viernes, 13 de agosto de 2010

La música es meditación, meditación cristalizada en una cierta dimensión. La meditación es música, música derritiéndose en lo que no tiene dimensión. No son dos cosas distintas.
 Si amas la música, la amas sólo porque de algún modo sientes que a su alrededor está ocurriendo meditación. . . te absorbete emborrachas en ella. Algo de lo desconocido comienza a descender a tu alrededor. . . Dios comienza a susurrar. Tu corazón late en un ritmo diferente, en sintonía con el Universo. De proton estás en profundo orgasmo con el todo. Una danza sutil entra en tu Ser y comienzan a abrirse puertas que habían permanecido cerradas. Una nueva brisa pasa a través de ti; el polvo de los siglos se va con ella. Te sientes como si hubieses dado u nbaño, un baño espiritual, como si hubieses estado bajo una duña. . . limpio. . . fresco. . . virgen.
La música es meditación; la meditación es música. Éstas son dos puertas para acercarse al mismo fenómeno.



Osho - "Libro Naranja" (Música y Danza)